LA COLUMNA ESPAÑOLA
- CAE BAJO LA GUARDIA EN LA REPÚBLICA DOMINICANA
- Luis Abinader Corona juró como Presidente
- El cambio se confirma: la lucha contra la corrupción ha comenzada Por Léo Joseph
SANTO DOMINGO, 16 de agosto ― En la República Dominicana se ha producido un cambio de liderazgo que marca el fin del mandato presidencial de Danilo Medina. Luis Rodolfo Abinader Corona, 52 años, juró el domingo (16 de agosto) como presidente de la República, el primer jefe de estado elegido bajo la bandera del Partido Revoluciona rio Moderno (PRM). En su discurso inaugural, expuso claramente las prioridades de su administración, cuya base es la lucha contra la corrupción. Esto sin duda dio un sudor frío a los miembros de la administración anterior que fueron denunciados por su participación en actividades ilegales, especialmente en el escándalo de Odebrecht.
La tradicional ceremonia de juramento del nuevo jefe de estado tuvo lugar en la Asamblea Nacional. En su discurso de juramento, el nuevo Presidente dominicano se comprometió a hacer transparente su gobierno, “para el pueblo dominicano”, así como “para mi familia” y “en memoria de mi padre”. El senador de la República, José Rafael Abinader, fallecido en noviembre de 2018, había buscado repetidamente y sin éxito la presidencia. Podría decirse que se vengó en la persona de su hijo. Uno puede imaginarse lo feliz que estaría de ver a su hijo acceder a la primera magistratura de su país.
Los miembros del anterior gobierno acusaron
Predicando con el ejemplo, el Sr. Abinader subrayó en su discurso que los miembros del gobierno anterior que se apropiaron de los recursos “pertenecientes a todos los dominicanos no gozarán de impunidad”. Tampoco lo harán los del equipo que está empezando a liderar hoy. Por ello, se comprometió solemnemente “con el pueblo dominicano, con mi familia y en memoria de mi padre, a dirigir un gobierno que trabaje con transparencia y ética, para administrar el dinero del pueblo con absoluta integridad”.
La declaración está dirigida a los miembros de la administración de Medina, muchos de los cuales fueron inmovilizados por su presunta participación en el escándalo causado por la empresa constructora brasileña Odebrecht.
De hecho, no menos de diez personalidades dominicanas, entre ellas un ministro del gobierno de Medina y el presidente del principal partido de la oposición, fueron arrestados por su supuesta participación en el escándalo de los 92 millones de dólares en sobornos pagados por esta multinacional brasileña. Odebrecht pagaba esta cantidad de dinero a cambio de jugosos contratos de obras públicas. Sin embargo, los expertos jurídicos habían expresado la opinión de que otros miembros de la administración anterior podrían haber estado comprometidos. Sobre todo porque, en ese momento, algunos críticos acusaron al ex presidente Danilo Medina de estar también involucrado en el escándalo.
Abinader resume sus promesas a la nación
Correspondió primero al Senador Eduardo Estrella, Presidente de la Asamblea Nacional, dar la investidura a Luis Abinader antes de la actuación de Raquel Peña como Vicepresidente. En cuanto a este último, una vez que la banda presidencial pasó a su alrededor, convirtiéndolo en jefe de estado, era hora de dirigirse al pueblo dominicano.
El Presidente Abinader, en su discurso de la ocasión, no sólo retomó el tema principal de su campaña, el cambio, cuyo aspecto más importante es la lucha contra la corrupción, sino que también resumió su proyecto social, que presentó en un libro de 190 páginas titulado “Un país para su pueblo”. Estos son los temas en los que se basa “el gobierno del cambio”. Así, tomando como testigo al pueblo dominicano y al mundo entero, Luis Abinader destacó las principales líneas de acción de su administración. Antes, invitó al público a guardar un momento de silencio en memoria de las víctimas de la pandemia.
En el acta siguiente, el público, compuesto por los dignatarios extranjeros que se habían desplazado para estar presentes en la ceremonia, además de las autoridades gubernamentales, los parlamentarios, los dirigentes religiosos e in vitados de aquí y de otros lugares, marcaron los puntos culminantes del discurso del nuevo presidente con prolongadas ráfagas de aplausos.
El nuevo jefe de Estado comenzó diciendo que el país está pasando por los momentos más difíciles de la historia, añadiendo que COVID-19 “nos ha puesto cara a cara con nuestras debilida des. Prometiendo la reforma del sistema de salud, se comprometió a poner a disposición de todos una vacuna contra el coronavirus y se comprometió a garantizar la atención médica universal gratuita, pero dijo que la vuelta a la normalidad no será ni rápida ni fácil, sobre todo porque el país se enfrenta a un déficit de 25.600 millones de pesos. No obstante, prometió garantizar la seguridad alimentaria aunque la gravedad de la crisis fuera desconcertante.
Su programa de gobierno incluye el desarrollo del turismo en Pedernales, subrayando que es el momento de invertir en la República Dominicana.
En cuanto a la cuestión de la diplomacia, abogó por el fortalecimiento de la cooperación bilateral con Haití, que, según dijo, era “muy importante” para la República Dominicana. Por esa razón, abogó por el “desarrollo integral” de la frontera.
En el frente de la educación, dijo que debe instituir reformas en esta área porque, señaló, el 25% de los estudiantes no han completado la escuela primaria. Promete cerrar la brecha digital, prometiendo la distribución de tabletas digitales a todos los estudiantes.
Como para reiterar su programa de gobierno, en relación con todas estas promesas que hizo al pueblo dominicano, Luis Abinader destacó su proyecto de “reforma” de la Policía Nacional. A primera vista, el discurso de toma de posesión del nuevo jefe de Estado dominicano es el preludio de una vasta operación de revisión total de las instituciones administrativas, cuya implementación podría extenderse más allá de un solo período presidencial.
Un discurso puesto en contexto por el Presidente de la Asamblea Nacional
Antes de tomar la palabra por primera vez como Presidente, Luis Abinader fue precedido por Eduar do Estrella quien, después de dirigir la fase de la ceremonia de inauguración del Presidente y el Vicepresidente, pronunció el discurso de presentación del nuevo Jefe de Estado. Hablando en nombre del pueblo dominicano, el senador Estrella le explicó al Sr. Abinader los deseos de los ciudadanos. Por lo tanto, es en ese sentido que podemos ver, en el discurso del Sr. Estrella, una contextualización del discurso presidencial.
De hecho, desde el principio, el Presidente de la Asamblea Nacional se refirió a la demanda del pueblo dominicano de que la “transparencia” sea la guía para el próximo gobierno. Además, dijo, medidas contra la inseguridad en el país. En la estela, pidió al gobierno de Abinader que condenara y reprimiera con el máximo rigor la impunidad, al tiempo que recomendaba, en nombre del pueblo dominicano, medidas drásticas contra la corrupción. Sobre todo, insistió en que el pueblo dominicano está exigiendo “el cambio, y el tiempo para el cambio ha llegado”.
¿Qué impacto tendrá en Haití una campaña contra la corrupción en la República Dominicana? Es muy probable que el anuncio hecho por el Presidente Abinader en el que se destaca la guerra contra la corrupción y otros delitos administrativos no haya sido recibido con serenidad por Jovenel Moïse, quien debe haber sentido que estaba siendo atacado. En al gunos círculos políticos y diplo má ticos de ambos lados de la frontera, se cree que esta campaña tendrá algún impacto en Haití. Existe la firme convicción de que una iniciativa de esa índole lanzada en la República Dominicana tropezaría con grandes obstáculos sin la estrecha cooperación de los dirigentes haitianos.
Cabe recordar que la República Dominicana es uno de los lugares preferidos para las inversiones de los políticos haitianos, muchos de los cuales tienen cuentas en bancos dominicanos, mientras que otros han invertido importantes fondos en la industria dominicana, además de haber hecho importantes adquisiciones en el sector inmobiliario.
En efecto, aparte de los políticos que han depositado sus millones en instituciones bancarias del otro lado de la frontera, así como los fondos malversados del erario público, los traficantes de drogas, tanto en el Parlamento como en el sector civil, han hecho grandes inversiones en el país, sobre todo en la adquisición de casas de lujo, complejos residenciales e incluso hoteles. En caso de que un gobierno verdaderamente democrático asuma el cargo en Haití y se comprometa a seguir al gobierno de Abinader en la lucha contra los delitos financieros, la estrategia para la devolución del dinero malversado o mal obtenido debería centrarse en el vecino más cercano de Haití.
En definitiva, Luis Abinader entra en el Palacio Nacional de Santo Domingo con amplios poderes para llevar a cabo su proyecto politico-social. Aferrándose a sus discursos de campaña y a su promesa de “cambio”, sus conciudadanos le han dado un fuerte mandato, además de un parlamento y municipios, para hacer realidad el sueño que comparten con él. Uno de los pocos jefes de Estado dominicanos elegidos en la primera vuelta, su presidencia se ve gratificada por una mayoría parlamentaria en tres niveles: 18 senadores de 32, 93 diputados de 190 y 81 municipios de 158. ¡Este es un sólido mandato histórico! ¡Sr. Presidente, se vaya con rodeos!
Este papel es publicado para el periódico Haïti-Observateur VOL. L No. 32 (New York), edición de 19 augusto 2020 y se encuentra en las P. 1, 13, 14 de : http://haiti-observateur.ca/wp-content/uploads/2020/08/H-O-19-aout-2020.pdf